Gamificación en el aprendizaje corporativo: ¿el santo grial o no?

Blog / Noticias | 18-03-21

Ventajas e inconvenientes de la gamificación en herramientas de aprendizaje

La gamificación en herramientas de aprendizaje es una tendencia que existe desde hace tiempo, incluso en el mundo del aprendizaje corporativo. El término se utiliza cada vez más, como al calificar de gamificación el uso de un avatar, incluso cuando no es más que una foto de perfil. En muchos casos, el término se malinterpreta y se identifica erróneamente, aunque el concepto puede ser de gran utilidad para muchos. ¿Qué significa? ¿Hasta dónde puede llegar? ¿Y es realmente útil en herramientas de aprendizaje? Analizaremos todas estas cuestiones en este artículo.

El significado de la gamificación

Empecemos por el significado de la gamificación, también conocida como ludificación. La gamificación es la aplicación de elementos y técnicas del juego en áreas en las que no fueron originalmente pensadas, como en el aprendizaje corporativo. Los distintos grados de gamificación en el aprendizaje pueden ser tan simples como un avatar personal, o tan complejos como una competición entre compañeros. Los ejemplos únicos de gamificación seriamente implementada son bastante frecuentes en el mundo del aprendizaje. Piensa en participar en competiciones entre colegas, que permiten ascender en la clasificación de la empresa; o en recopilar los llamados «puntos de experiencia» (XP) para desbloquear recompensas. Puedes imaginar algo tan atractivo como un malvado villano al que derrotar al final de una misión en lugar de un tradicional examen final. El «Bowser» de tu formación, por así decirlo.

¿Un factor motivador?

Cuando se utiliza correctamente, la gamificación puede resultar muy motivadora. Naturalmente, los usuarios quieren mejorar. Quieren vencer a sus compañeros, alcanzar un nivel más alto o incluso «desbloquear» algo como una bonificación o un incentivo. Los elementos lúdicos y competitivos les animan a dar lo mejor de sí mismos porque se perciben como una recompensa. Al fin y al cabo, los resultados son visibles de inmediato y, si un regalo tangible les está esperando al final, el incentivo es evidente. El concepto de recompensa en la gamificación sirve como agente que motiva a los empleados a aprender más y más rápido. Y no olvides: la gamificación puede hacer que el aprendizaje sea divertido. Para que un módulo de gamificación sea agradable, debe haber cierta variedad, de lo contrario, se vuelve aburrido y contraproducente con bastante rapidez.

… ¿O luchas sin rumbo?

Con todos los beneficios de la gamificación, también hay algunos inconvenientes. Una pregunta relevante a considerar puede ser: ¿Es realmente intrínseca la motivación creada por la competición? Cuando alguien hace todo lo posible para vencer al gerente de línea, se centra en esa tarea en específico. Esto crea un escenario en el que el objetivo no es ser mejor o querer aprender más, sino vencer al contrincante. En última instancia, es importante no perder de vista el objetivo principal. El objetivo de la gamificación no suele ser superar a los compañeros, sino adquirir y retener conocimientos. Para, a la larga, ser capaz de hacer tu trabajo mejor, más inteligente, más rápido y más seguro. El aprendizaje es una maratón, no un sprint. Tres horas de estudio pueden hacerte ganar el primer puesto en el juego pero, aparte de eso, es de poca utilidad para ti. Después de todo, quemarse las pestañas no es una solución a largo plazo para adquirir y construir el conocimiento, porque ese conocimiento desaparece rápidamente.

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Si los juegos en herramientas de aprendizaje terminan en una competición entre toda la oficina por el primer puesto, es mejor que optes por una mesa de ping-pong en la oficina para ganar a tus compañeros, y que mantengas el aprendizaje para lo que está pensado. Por lo contrario, si el aprendizaje es un efecto colateral de la batalla, por supuesto eso es favorable. El aprendizaje como efecto colateral del enfrentamiento debe ser una condición para aplicar la gamificación en el aprendizaje.

La media de oro

Al igual que con muchas otras herramientas de aprendizaje, la gamificación puede ser increíblemente útil, si se aplica correctamente. Obviamente, añadir únicamente el mínimo de elementos de gamificación en tu sistema para poder llamarlo gamificación no tiene sentido. Debe encajar con el grupo objetivo y el tema en cuestión. Aplicar eficazmente la gamificación incluye buscar la combinación perfecta entre juego y aprendizaje. Así pues, elige una solución de aprendizaje que aplique elementos del juego que añadan valor a la experiencia de aprendizaje. Piensa en, por ejemplo:

  • Una calificación: Los usuarios quieren ver el resultado de sus esfuerzos.
  • Gráficos de rendimiento: ¿Cuál es el efecto del esfuerzo durante un determinado período de tiempo? ¿Cómo se relaciona esto con los compañeros?
  • Storytelling (o narración de historias): Utiliza historias y estudios de caso en los módulos de aprendizaje.

¿Cómo aplicar storytelling en el aprendizaje? Al utilizar storytelling en los módulos de aprendizaje, se puede obrar milagros. Esto crea una sensación de conexión, empatía y autonomía. Al aplicar estudios de caso realistas (es decir, situaciones en las que los empleados se pueden reconocer y con las que pueden relacionarse) y al dejar que la gente tome decisiones dentro de esos casos, se incentiva a la participación del usuario. Los usuarios pueden tomar decisiones y ver las consecuencias de inmediato (como en un juego). Esto hace que sean más conscientes de las situaciones en las que se pueden encontrar en el lugar de trabajo y de cómo reaccionar de la mejor forma posible. Puedes leer más sobre esta novedosa forma de aprendizaje en este artículo sobre storytelling.

¿Jugar o no jugar?

Aquí lo tenemos. La gamificación en herramientas de aprendizaje corporativo. ¿Jugar o no jugar? Los elementos del juego ciertamente pueden tener un valor añadido en el aprendizaje, siempre y cuando no los lleves demasiado lejos. Su finalidad deben ser siempre los objetivos de aprendizaje del juego, no la competición, los puntos extra o el máximo nivel. Ceñirse a elementos que generen resultados y aumenten la participación, como la puntuación y los casos prácticos, son las mejores prácticas para la gamificación. Cuando se puede aplicar la gamificación para hacer que el aprendizaje sea más divertido y esta aumenta la motivación intrínseca de los usuarios, los beneficios resultan muy útiles para las organizaciones.