Cómo la falta de concentración amenaza nuestra capacidad de aprendizaje
Blog / Noticias | 03-04-23
La era digital en la que vivimos nos trae muchas oportunidades. La información siempre está disponible y estamos constantemente conectados. Sin embargo, también existe la otra cara de la moneda. La continua distracción de las aplicaciones y los medios de comunicación nos impiden concentrarnos, y pone en peligro nuestra capacidad de aprender. Esto se refleja cada vez más en la formación y el desarrollo profesional, entre otras cosas.
Aunque las organizaciones invierten mucho tiempo y dinero en aprendizaje y desarrollo, algunos estudios demuestran que en casi tres cuartas partes (73 %) de las organizaciones se cometen errores por falta de conocimiento. En una de cada cinco organizaciones (21 %), esto conduce incluso a accidentes físicos. No poder concentrarse adecuadamente y, por lo tanto, aprender menos, puede ser una de las principales causas.
Pérdida de concentración
La gran cantidad de aplicaciones en nuestros teléfonos, portátiles y tablets nos piden a gritos que les prestemos atención constantemente. Cada tantos segundos aparecen nuevas notificaciones como, por ejemplo, mensajes de WhatsApp, notificaciones de noticias o correos electrónicos y notificaciones del calendario. Nos hemos vuelto adictos a recibir estímulos continuamente. Incluso cuando no recibes ningún mensaje, estás comprobando constantemente tu teléfono por si te ha llegado algo. Esta afluencia continua de información hace que nuestro cerebro esté hiperactivo durante todo el día. En lugar de centrarte en una única tarea, cambias de un mensaje a otro, filtras información y piensas en si vas a responder o no. Esto significa que finalmente utilizas menos capacidad cerebral para convertir la información de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo. Y pagamos un precio por ello: nos cuesta concentrarnos durante mucho tiempo y recordamos peor las cosas.
Efecto Google
Esta evolución se agrava por el llamado efecto Google. Como la información está disponible rápidamente a través de los motores de búsqueda, tendemos a no almacenar esa información en la memoria. Este efecto se conoce desde hace más de una década y ha cambiado el funcionamiento de nuestro cerebro de hoy en día. En lugar de recordar la información, recordamos dónde se puede encontrar dicha información. ¿Por qué recordar un número de teléfono cuando puedes encontrarlo en tu agenda del móvil? No hay duda de que es muy cómodo que la información esté al alcance de la mano pero, ¿y si surge una situación urgente donde no buscar información? Piensa en una enfermera que tiene que reanimar a alguien o en un piloto que tiene que hacer un aterrizaje forzoso. En estas situaciones, es vital tener el conocimientos y competencias en mente.
Recordar información crítica
El hecho de que el funcionamiento de nuestro cerebro haya cambiado en la era digital también requiere una forma diferente de aprender. Por supuesto, se puede encontrar mucha información rápidamente, lo que convierte la navegación en una habilidad importante. Pero para situaciones críticas como la reanimación o el aterrizaje forzoso, es absolutamente necesario recordar cierta información. Y para cada profesión se nos ocurren situaciones en las que no disponer de información crítica puede tener graves consecuencias.
Tenemos que adaptar los métodos de aprendizaje de la misma manera que nuestro cerebro se ha adaptado a la era digital. El aprendizaje pasivo a través de largas clases magistrales o jornadas de formación ya no es adecuado. Recordamos las cosas peor, así que los momentos de aprendizaje deben ser breves, eficaces y activos. Estudiar durante todo el día de forma intensiva no es efectivo, pero sí lo es 10 minutos de aprendizaje interactivo cada día. Eso significa adquirir nueva información y además procesarla directamente en el cerebro. Esto se puede lograr haciendo que los estudiantes reflexionen sobre preguntas, dilemas o casos. De esta manera, se crean activamente nuevas conexiones en el cerebro y eso garantiza un efecto de aprendizaje más potente y duradero. Para ello, es importante aprender a través de dilemas, escenarios y cuestiones que sean reconocibles para las personas. Solo cuando el aprendizaje es relevante y contextual, el usuario estará realmente dispuesto a almacenar y memorizar el material didáctico. En última instancia, esto conduce a un cambio de comportamiento duradero.
Aprendizaje móvil
Como pasamos tanto tiempo con el móvil, también es una herramienta adecuada para aprender. El aprendizaje móvil es sencillo gracias a las aplicaciones educativas interactivas, que a menudo incluyen elementos de gamificación para motivar aún más a los estudiantes a aprender. Un aprendizaje breve, activo y regular garantiza que las personas sigan motivadas y también que la información se memorice mejor. Y, en nuestra opinión, esa es la forma ideal de garantizar que tengamos la información crítica a mano cuando surja la necesidad.