El Coronavirus va a marcar el mundo de los negocios. La forma en que trabajamos va a cambiar para siempre, y habrá protocolos nuevos. ¿Cómo puedes preparar a la organización para la nueva forma de trabajar después del coronavirus?
Llevamos en régimen de confinamiento varias semanas. Algunas personas, sobretodo aquellas que desarrollan profesiones esenciales, todavía tienen que asistir presencialmente a su puesto de trabajo. El resto, hace semanas que trabaja desde casa. En la mesa de la cocina, en el comedor o en una oficina improvisada. Tengan o no niños. Hay quienes se vuelven locos, sorprendentemente para otros es todo mucho más rápido. Sectores como la hostelería, el turismo o los servicios, han sido golpeados con fuerza desde el principio. En cambio, a otros el golpe les llegará más adelante. El coronavirus se ha apoderado del mundo, eso es obvio. Sin embargo, tarde o temprano, tendremos que retomar la “vida cotidiana”. Las oficinas vacías se llenarán de nuevo y los empleados podrán reunirse con sus clientes. ¡Por fin! De todas formas, se especula que la vida cotidiana no será como la conocíamos. El impacto de la pandemia seguirá siendo visible. Y la forma en que vivimos, trabajamos y hacemos negocios podría cambiar para siempre.
Procedimientos post-crisis
Aunque todos podamos y debamos volver a trabajar, lo más probable es que el virus no haya desaparecido para entonces. Las medidas que se aplican ahora perdurarán durante meses, tal vez incluso años. Tendremos que mantener distancia, lavarnos las manos, y otras medidas higiénicas, como por ejemplo, limpiar los materiales y los espacios interiores. Tales medidas tendrán un impacto en la forma en que trabajamos. Eso significa que los “viejos” protocolos, como el código de conducta, la política de higiene, etc., cambiarán permanentemente.
Las viejas costumbres no desaparecen (así como así)
¿Cómo podemos asegurar que los empleados no caigan en los viejos hábitos una vez finalice el confinamiento? Evitar que a la primera de cambio se den la mano con sus clientes para saludarse o despedirse, y así volver al punto de partida de nuevo. Las cosas tienen que cambiar. Eso no es agradable, pero es necesario para asegurar la continuidad del negocio. Debes cambiar la política. Se tienen que incorporar nuevas reglas a los protocolos existentes. Es fundamental que suceda un cambio de comportamiento. Y, sobre todo, hay que aumentar la conciencia de los empleados, de la nueva política y de el nuevo día a día.
Ahora bien, las cosas deben cambiar rápido, antes de que todo el mundo vuelva a su puesto de trabajo habitual. Crear nuevos protocolos, o transformar los existentes; porque algunas reglas serán totalmente nuevas, pero otras solo necesitarán actualizarse.
Cómo concienciar a los empleados
También es crucial asegurar que la nueva política llegue a todos los empleados y que estos la entienden. Por eso, debes involucrar al departamento de formación en las primeras etapas de tu proyecto. Ellos pueden ayudarte a transformar la normativa actual y hacer llegar la nueva política de manera efectiva a toda la organización. Parece lógico, pero en la práctica no es tan fácil. Y menos ahora. Transmitir toda la información utilizando los métodos de formación tradicionales es imposible, no se puede desarrollar un módulo e-learning en tan solo un día; y poner al día a todos los empleados a través de Zoom tampoco es una opción. Un mensaje en la intranet o a través de email será posible si se lleva a cabo un cambio de política. Estamos hablando de cambios que tienen gran impacto en las operaciones diarias. La gente necesita recordarlo. Por eso, es muy importante una buena comunicación.
Cambio de comportamiento a gran escala
Por ello, es importante que las nuevas normas se mantengan y se cumplan. Los hábitos suelen estar profundamente arraigados. No puedes simplemente cambiarlos por unos nuevos. Por lo tanto, es indispensable que, además de concienciar, ocurra un cambio de comportamiento a gran escala. Esto solo puedes lograrlo mediante la repetición habitual de los nuevos protocolos. De manera que, no es suficiente con hacer un módulo de e-learning, distribuirlo, y hacer un examen; sino que tenemos que asegurarnos de que todos lo han entendido, y pueden aplicarlo. Cuando la dirección de la empresa y el resto de compañeros pongan en práctica el nuevo comportamiento, se asimilará más rápidamente; y finalmente, se convertirá en un hábito.
Protocolos nuevos
Así pues, elige una solución que permita repetir el tema en cuestión con regularidad, de manera eficiente, por supuesto. Nadie quiere leer un libro interminable. Debe ser más divertido. También es conveniente poder hacer cambios cuando lo requiera. Quizás las normas puedan volver a ser más flexibles, o – no presupongamos – una nueva crisis. El poder modificarlo debe ser fácil y rápido, de lo contrario, implicará demasiado trabajo. Apuesta por un aprendizaje rápido y eficiente, que, a través del poder de la repetición, promueva la asimilación del conocimiento y un cambio de comportamiento. De esta forma, la organización estará preparada para los nuevos métodos de trabajo una vez pase el coronavirus.